Si bien en setiembre el edificio escolar estaba ya en pie, el MEC se niega a nombrar al equipo de maestros elegido por la Asamblea, alegando que había que respetar el sistema de nombramiento habitual, lo que suponía la exclusión de los maestros que estaban en paro. El Ministerio, a través del Patronato, había nombrado ya a dos maestros para la escuela e iba a seguir nombrando a los que faltaban siguiendo sus criterios habituales. La posición del MEC era clara, estaba dispuesto a cargarse cualquier alternativa que supusiese una mínima pérdia de con trol.
Ante ello, el 6 de setiembre la Escuela Sóller acudía a la inspección para mostrar su disconformidad con las medidas adoptadas, junto con la escuela Pegaso en situación similar. Más tarde se sumaría a la lucha Ferrer i Guàrdia y posteriormente el Patronato Ribas, centro de BUP u Formación Profesional, con los mismos objetivos que las tres escuelas de EGB, pero que por depender de otros organismos, aun dentro del MEC, al tratarse de un centro de Enseñanza Media, no pudo confluir en muchas ocasiones en la lucha unitaria. A partir de este momento se creaba la “Coordinadora de Escuelas en Lucha”.
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